Además de las conocidas acciones anestésica, analgésica y antiséptica, la menta piperita también tiene una acción descongestiva y balsámica. La hierba es excelente para curar resfriados y tos debido a sus propiedades refrescantes y descongestionantes.

Ayuda a aliviar problemas como el síndrome del intestino irritable, náuseas y vómitos, diarrea, dolor de cabeza y cólico infantil. Su sabor a menta puede ayudar a remediar el mal aliento. También se dice que controla el asma leve, el estrés y previene el resfriado común.